De seguro nunca te has puesto a pensar, que sucede o que sucederá con todos aquellos artefactos electrónicos que hoy en día son tan comunes y una vez rotos no dejan de ser más que chatarra.
Móviles, GPS, PDAs, ordenadores de escritorio, portátiles, grabadores, iPods y podríamos seguir con la extensa lista de gadgets que una vez cumplidas sus funciones, comienzan a formar parte de la contaminación tecnológica.
Los residuos electrónicos de los equipos informáticos generan una serie de problemas específicos. Por ejemplo, son tóxicos, debido a que incluyen componentes tóxicos como el plomo, el mercurio y el cadmio. También llevan selenio y arsénico, entre otros. Cuando estos compuestos son fundidos liberan toxinas al aire, tierra y agua. Otro problema es que suelen llevarse a los países del tercer mundo porque es rentable. Allí se convierten en receptores de esta contaminación.
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